En diciembre de 2015 un spot publicitario de una cadena de supermercados alemana se convirtió rápidamente en viral.

En este anuncio se podía ver cómo un anciano escuchaba en su contestador los mensajes de sus hijos excusándose por no poder ir a verle en Navidad y como miraba triste por la ventana a sus vecinos recibiendo las visitas de sus familiares para celebrar estas fechas.

Después el video mostraba las imágenes de los hijos recibiendo la noticia del fallecimiento de su padre, cuando la familia entera se reúne entristecidos para el sepelio encuentran la mesa preparada para la celebración familiar.

El anciano sorprende a su familia diciendo

¿esta es la única forma de conseguir reuniros a todos?

Abuelo finge su muerte

Este anuncio publicitario que despertaba las emociones más básicas ponía de relieve la realidad de muchos ancianos, que por diferentes razones se ven obligados a pasar este periodo del año, asociado a celebraciones, comilonas y reuniones familiares, en soledad.

Y es que hay muchas formas de celebrar la Navidad, no necesariamente son grandes comilonas y caros regalos, puede bastar con pequeñas acciones y muestras de cariño que hacen que se sientan queridos, apreciados, valorados y principalmente que se sientan atendidos.

Por ejemplo, llevarles a un mercadillo navideño, a visitar los Belenes, cantar villancicos y tocar la pandereta con ellos, preparar alguna comida especial acorde con su dieta, celebrar la Nochebuena en su casa o, en definitiva, adaptar las celebraciones para que puedan sentirse partícipes y para que disfruten de estas fiestas navideñas en familia.

Es evidente que muchos de ellos pueden presentar limitaciones o condiciones físicas que no les permiten desplazarse y/o aguantar las reuniones familiares que suelen alargarse en el tiempo.

Desde La Cruz Azul damos solución y apoyo en su domicilio los 365 días del año, para que las personas mayores puedan estar atendidas y acompañadas en todo momento y así facilitar y mejorar la calidad de vida de toda la familia.