Una de las tradiciones propias de la Navidad, y antes de que esta llegue, es el sorteo de la Lotería,

sorteo que se lleva a cabo el día 22 de diciembre, es el más seguido por los españoles, retransmitido por televisión y radio y que  parece confirmar que la Navidad ha llegado.

Bombo del Sorteo de Navidad

Los españoles nos lanzamos en masa en estas fechas a comprar décimos y participaciones, personas que no suelen comprar lotería durante todo el año participan también de este sorteo, siendo el más multitudinario y participativo. Las razones de comprar lotería en estas fechas son múltiples y variadas, pero principalmente es la ilusión de que podamos ser agraciados.

Otra de las razones de participar en ese sorteo y de la irracionalidad de este comportamiento se debe a la sociabilidad del ser humano, que hace que necesitemos compartir y sentir las mismas cosas que los demás.

Esa sociabilidad propia de los humanos explicaría también otra de las razones de mayor peso por la que las personas participan de forma multitudinaria en este sorteo y es pensar en la posibilidad de que todos los compañeros de trabajo, vecinos, miembros de una asociación, etc. se hagan ricos y uno se quede como está.

Si bien es cierto que la posibilidad de resultar agraciado en este sorteo es remota, las probabilidades de que toque el gordo es de 1 entre 100.000.

Sin embargo, desde la ilusión de estas fechas pensamos más en la posibilidad de que nos toque, sin atender a los datos matemáticos probabilísticos.

De este sesgo cognitivo por el que nos autoengañamos a comprar lotería también contribuyen muchos los medios de comunicación ya que a la hora de informar del resultado del sorteo se habla de aquellos a los que la suerte ha sonreído, no paramos de ver en televisión a personas alegres brindando por ser agraciados, sin embargo, no se habla de más del 86% de personas a las que no les ha tocado ni la pedrea.

Después de la resaca de la lluvia de dinero, y siendo ya muy conscientes de que las probabilidades este año no nos han sonreído, unos días después del sorteo y ahora ya inmersos en los días familiares, nos consolamos por “al menos tener salud”.