Consejos y herramientas para familiares enfermos de Alzheimer

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Febrero, 2017

Desde La Cruz Azul nos parecía imprescindible abordar el tema del papel de las familias de las personas enfermas de Alzheimer. El objetivo de este artículo es poder orientar, sobre todo, a los familiares y/o cuidadores que realizan la asistencia domiciliaria a estas personas.

La Enfermedad de Alzheimer se caracteriza por presentar una evolución lenta pero progresiva en la que, poco a poco, van disminuyendo las capacidades que los pacientes tienen para desenvolverse de forma autónoma en su día a día.

Estas dificultades funcionales están determinadas por la aparición de déficits cognitivos, conductuales y motores que provocan que las personas que padecen de Alzheimer necesiten supervisión en los inicios de la enfermedad y la ayuda de un cuidador a medio y largo plazo.

Entre las dificultades a las que se enfrentan los cuidadores está el comportamiento difícil de las personas que están atendiendo. Las actividades básicas de la vida cuotidiana como, vestirse, bañarse o comer, con mucha frecuencia se convierten en tareas complicadas de manejar, tanto para la persona que sufre de Alzheimer como para quien la atiende.

 

«Existen herramientas que nos pueden ayudar a manejar mejor estas situaciones difíciles que se nos van a ir presentando y nos van a ayudar a mejorar la calidad de vida del enfermo.»

ORIENTARLO EN LA REALIDAD

Cuando el familiar o cuidador interaccione con el paciente es buena idea recordarle el día y el lugar en el que se encuentra, la actividad que van a realizar, explicarle qué van a comer y quien ha hecho la comida, etc.

TERAPIA DE REMINISCENCIA

Es un método en el que trabajamos la memoria remota, mejor conservada en la Enfermedad de Alzheimer y que permite estimular la propia identidad del paciente y reforzar su autoestima. Se trata de hacer que el paciente rememore acontecimientos de su vida. Podemos utilizar vestimentas, fotografías u objetos domésticos para mantener conversaciones que favorezcan la
evocación de recuerdos. Además, es una actividad muy agradable y de fácil aplicación.

Si mantenemos y mejoramos cognición estamos contribuyendo a disminuir la presencia de alteraciones conductuales que, en muchas ocasiones, son consecuencia de problemas como la desorientación o los problemas de memoria.

ADAPTAR EL ENTORNO

Es muy importante que los pacientes reconozcan su entorno, que estén rodeados de objetos que les resulten familiares. Los cambios frecuentes favorecen la desorientación y los problemas de ubicación.

Por este motivo debemos simplificar el ambiente para reducir la carga cognitiva y facilitar la localización y el empleo de objetos dejando siempre los objetos en el mismo lugar y dónde se vayan a utilizar.

ADAPTAR LAS TAREAS

Proponer las tareas de forma sencilla, fácil y estructurada. Es muy importante recordarle los pasos a seguir y hacerlo en el lugar donde deben desarrollarse para facilitar su mejor consolidación.

DESARROLLAR RUTINAS

Los cambios son una de las causas del aumento de confusión en los pacientes y, por ello, plataforma de posibles problemas de conducta. Por este motivo es de vital importancia instaurar rutinas. Las rutinas y las estructuras fijas de comportamiento facilitan el buen funcionamiento cotidiano en personas con problemas de memoria.

FOMENTAR SU AUTONOMÍA EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE Y SIN FRUSTRARLO

Por ejemplo, a la hora de vestirse podemos animarlo a que se vista solo hasta el grado que sea posible. Es importante dejar el tiempo suficiente para que no haya presión o prisas. Es buena idea guardar algunas prendas en otro cuarto para reducir el número de opciones y organizarle la ropa en el orden en que se la debe poner para ayudarle a seguir los pasos del proceso.

A la hora de la comida podemos animarlo a ayudar en la preparación de la comida, a poner la mesa, poner los vasos, etc. Esto le ayudará a mantener las habilidades funcionales, realzar el sentido de control personal y aprovechar eficazmente el tiempo disponible.

MEJORAR LA COMUNICACIÓN

Tratar de comunicarse con una persona que sufre la enfermedad de Alzheimer puede ser un reto. Entender y ser entendido puede ser difícil.

Tenemos que escoger palabras sencillas, frases cortas y utilizar un tono de voz tranquilo. También reducir las distracciones y el ruido, como la televisión o la radio, para ayudarle a concentrarse en lo que le estamos diciendo. Además, nuestra comunicación y forma de hablarles debe ser positiva.

Por último, es muy importante prestar atención a las preocupaciones de la persona, aunque sea difícil entenderla.

MANEJAR LAS ALUCINACIONES Y DELIRIOS

A medida que la enfermedad avanza, las personas pueden sufrir alucinaciones y/o delirios. Las alucinaciones ocurren cuando una persona ve, oye, huele, saborea o percibe algo que no existe. Los delirios son creencias falsas que la persona piensa que son ciertas.

Hay que evitar discutir sobre lo que la persona ve u oye y responder a los sentimientos que está manifestando confortándola si lo necesita.

También es buena idea distraer a la persona con otro tema o actividad. A veces llevarla a otro cuarto o salir a caminar puede ayudar.

«HAZ DE SU CASA UN LUGAR SEGURO»

Crear un ambiente seguro puede prevenir muchas situaciones peligrosas y estresantes.

Lo ideal es revisar todas medidas de seguridad del domicilio. Montar barras de seguridad en los baños y acomodar alfombrillas antideslizantes es una buena idea.

También podemos instalar cerraduras de seguridad en todas las ventanas y puertas exteriores, sobre todo si la persona tiene tendencia a deambular y evitar las cerraduras de las puertas del baño para impedir que la persona se encierre accidentalmente.

Por último, recordar que el cuidador debe disfrutar de tiempo de descanso y desconexión. Para poder desarrollar bien su papel como cuidador no debe olvidar cuidarse a sí mismo.

Ana Belén Alcón

Ana Belén Alcón
Licenciada en Psicología
Psicóloga de La Cruz Azul

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