Relación entre Obesidad y Demencia

Tal y como se comentó en una entrada anterior, un reciente estudio ha relacionado la salud cerebral con ciertos factores de riesgo sobre los que podemos actuar y de esta manera, promover la salud física y prevenir la demencia en los ancianos.
En este artículo vamos a tratar la relación existente entre la obesidad y el riesgo de padecer demencia.

El 12 de noviembre se conmemoró el Día de la Lucha contra la Obesidad y la Sociedad de Española de Endocrinología y Nutrición junto con la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad presentaron la campaña “Cuida tu peso, cuida tu memoria”.

Esta campaña se ha llevado a cabo para concienciar a la población de que el exceso de peso favorece la aparición de demencia en personas mayores de 60 años.

Demencia

Pero ¿Qué relación existe entre la obesidad y la demencia?

Las presidentas de estas dos asociaciones lo explican a través de dos mecanismos. Uno de ellos es la resistencia a la insulina en personas con obesidad y con distribución de la grasa principalmente en la zona abdominal, ya que presentan mayores concentraciones de beta-amiloide, esta sustancia está relacionada de forma directa con el desarrollo de algunos tipos de demencia, como el Alzheimer.
Otro de los factores, ya señalado en la literatura científica desde hace mucho tiempo, es la relación entre la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, ya que inciden sobre el riego sanguíneo cerebral aumentando el riesgo de disfunciones cognitivas.

» la obesidad incide sobre el riego sanguíneo cerebral aumentando el riesgo de disfunciones cognitivas »

De esta manera, con esta campaña se realizan una serie de recomendaciones para mantener un peso saludable, disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad y, por tanto, mejorar la calidad de vida de nuestras personas mayores.

Las recomendaciones que proponen la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y la Sociedad de Española de Endocrinología y Nutrición son:

  • Realizar alguna actividad física como por ejemplo caminar un mínimo de 30 minutos
    cada día.
  • Mantener la mente activa, por ejemplo, leyendo, realizando crucigramas, aprendiendo
    un idioma, tocando un instrumento, etc.
  • Dormir las horas suficientes, mediante un sueño nocturno reparador.
  • Evitar o moderar el consumo de alimentos dulces o bebidas azucaradas, mantenerse
    hidratado bebiendo agua.
  • Evitar los fritos y rebozados, así como la comida precocinada.
  • Comer con moderación, controlando la cantidad de las raciones.
  • Comer despacio y evitar hacerlo delante de la televisión.
  • Comer 5 raciones diarias de fruta y verdura.
Doctora Carmen Sola

Doctora Carmen Sola

Colegiada núm. 46 46 12727 – Valencia

Directora Médico de La Cruz Azul

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